Soy depresiva. Desde que me lo diagnosticaron, pensé que lo que hacía de mi vida una pesadilla, lo que me convertía en mi peor enemiga era eso, la depresión. Pero hay algo mucho peor, mi fantasma, mi enemigo... mi enemigo no tiene rostro, pero si tiene nombre, y su nombre es Trastorno Obsesivo Compulsivo.
¿Cómo explicar un día con él? Porque a diferencia de cuando se tiene un enemigo de carne y hueso, no podés esquivarlo, tenés que llevarlo a cuestas todos los días. Tu condena es tener que vivir con él. Alguien escribió por ahí que ser obsesivo es como ser esclavo de tu propio cerebro, y no pudo tener más razón. Mi mente trabaja a mil por segundo, llenándome de ideas -casi nunca positivas, por cierto-, agotándome, dándome órdenes. Órdenes que si no cumplo, me castigan, me acechan. Por ejemplo, sumar matrículas de vehículos. Esos números me persiguen hasta que sumo esos cuatro dígitos hasta reducirlos a una cifra. Parece estúpido, pero es frustrante. Es frustrante tratar de sacar una idea de tu mente y que esta siga ahí, como clavada, robándote tiempo y energías.
Con todo, estos pensamientos no son los peores. La mezcla mortal depresión+TOC es fulminante. La necesidad de tener todo estructurado, ordenado, todo bajo control hasta extremos enfermizos hace que cualquier error de cálculo, cualquier resultado inesperado produzca un torbellino de ideas que te hace sentir el ser más ínfimo y despreciable de la Tierra. Un error, y te cuestionás tu existencia, pensás que no sirve de nada que te esfuerces porque siempre vas a ser un fracaso, no vas a poder salir de ese pozo, y que solo molestás, que la vida de los demás sería mucho mejor si no estuvieras. No importa qué tan irracional parezca esta idea en momentos de lucidez ni cuánto sepas que tenés personas que te aman y sufrirían si murieras... Solo está esa idea, esa vocecita en tu mente que te dice: "¿no te cansás de ser un fracaso?". Y no es ante errores como crear la bomba atómica y que la usen como arma de destrucción masiva... es una mala nota en un parcial, es haber dicho algo que no le cayó bien a alguien... Solamente eso, que algo no esté dentro de tus planes. A decir de mi psiquiatra, te mata la espontaneidad.
Vivir con él es un infierno. La medicación ayuda, pero no basta. Las personas con TOC necesitamos apoyo y comprensión. No es nuestra intención justificar nuestras actitudes con la enfermedad -al menos no es mi caso-; tenemos que aprender a vivir con él, enfrentar nuestros miedos. Recientemente en mi práctica tuve que dar una clase sin guion de ningún tipo, explorando mi espontaneidad porque yo sé que sé lo que tengo que decir y lo que tengo que preguntar... y a pesar del pánico de no poder seguir un plan, me di cuenta de que fue la mejor clase que di en mi vida, porque era libre, sin ataduras, solo vivía el momento... El TOC es algo real... Es verdad que hay mucha gente que finge cosas para llamar la atención, pero cuando se diagnostica, se identifica a un duro enemigo, y se declara una guerra. Una guerra no se vence con un solo soldado, sino con un ejército. A veces necesitamos quien nos recuerde tomar las pastillas, quien nos obligue a ir al médico (es frecuente dejar de ir o dejar la medicación cuando uno se siente mejor... GRAVE ERROR), pero sobre todo, alguien que nos quiera, que nos entienda y que no crea que nos lo estamos inventando. Créanme, nadie quisiera vivir esto innecesariamente. Necesitamos saber que somos personas valiosas: todos lo necesitamos, entonces ¡imagínense cuánto lo necesitan aquellos que todo el día tienen una voz adentro repitiéndoles que no valen nada y que su vida es un fracaso! No piensen nunca: "¿para qué se lo voy a decir si siempre me dice que le miento, o no me cree?". Este tipo de enfermedades son como esas torturas que consisten en meterle la cabeza abajo del agua a la persona, sacarla y repetir: por momentos nos da un respiro, un momento de lucidez en donde todas esas palabras hacen efecto. Las necesitamos, créanme.
Vivir con TOC, con depresión, como con cualquier enfermedad, es un guerra constante. No nos dejen solos.
Y aquellos que están en esa pelea, quiéranse y nunca, nunca dejen de luchar. Valemos mucho, aunque nuestra mente quiera engañarnos y convencernos de los contrario. Probémonos a nosotros mismos que podemos más que nuestra mente. No es fácil, pero la felicidad que viene es total. No luchen solos, apóyense en alguien, siempre hay alguien que nos quiere aunque no nos demos cuenta de ello. Crean en ustedes mismos, porque si no lo hacen, ¿quién lo hará?
Antes que nada, un saludo Lady V y un fuerte abrazo desde México.
ResponderBorrarCaracoles, no sabía ni me había pasado por la mente que tú padecieras depresión y TOC. Yo estudio medicina y precisamente en estos días ando viendo al encéfalo y todas sus pequeñas partecitas involucradas. Ciertamente, la mente humana es algo tan vasto y complejo para resumir en un comentario de internet; pero regresando al tema, te deseo mucho éxito en esta constante batalla que libras día a día, Lady V. Y va en serio, porque a como describes, es de valerosos tener que enfrentarse a sí mismo a diario y no dejarse vencer. ¡Victoria! Que antes de dormir sepas que has vencido una batalla, pero que la guerra sigue. Con dedicación, amor (propio y de tus seres queridos) y constancia sé que podrás sobrellevar esto :)
Algo que me gustó mucho y que cito ahora es lo que certeramente escribiste: "Necesitamos saber que somos personas valiosas: todos lo necesitamos", es tan cierto que muchos solemos basarnos en lo que nos dicen los demás y aunque bien nuestra propia percepción de nosotros mismo debería ser la que nos rija, solemos acoplarnos a lo que digan los demás.
Y bueno, por ahora me despido y te envío buena vibra desde esta parte del mundo. Venga esa sonrisa y que tengas un excelente porvenir ;D Cuídese mucho y nos estamos leyendo, V.
Auf Wiederschreiben ^^
Hola Reinhardt! Entré a ver la entrada por el celular y empecé de abajo hacia arriba.Apenas vi las primeras palabras que aparecieron y supe que eras vos :) Muchísimas gracias por la lectura y por el ánimo; sí, no es fácil que el enemigo sea uno mismo y mucho menos acostarse con la sensación de una victoria cuando esa vocecita solo te habla de todo lo que no hiciste. Pero se sigue adelante, y eso es lo que en verdad importa. No tenía idea que fueras a ser médico, felicitaciones!! Todo mi apoyo y mi estímulo desde estas latitudes.
ResponderBorrarMucho cariño,
Lady V