miércoles, 18 de febrero de 2015

Pensando

Soy de los que piensan que el presente no existe, o existe apenas. El «ahora» es el «antes» del segundo que viene; se escurre como arena entre los dedos. Es ese instante en que apoyás el pie en la baldosa mientras levantás el otro para avanzar. Y en ese caminar hacia adelante uno se cruza con mucha gente: algunos que sólo se paran momentáneamente a saludar, el amargo que te detiene para contarte de sus achaques y negatividad, el que te sonríe un segundo y pasa de largo... y están los que te encuentran, te abrazan y caminan contigo. Ellos no te detienen ni te retrasan, van a tu paso, charlando, haciendo el camino más ameno.

Así es la vida. En esa caminata hay personajes fugaces, otros que mejor perderlos; otros, como los callos o las ampollas, que son dolores inevitables otro pasajeros, y otros más permanentes, como ese huesito del talón cuando es largo, y pincha, y duele, y hace difícil avanzar, pero nació contigo. Y está el que cruzás sin esperarlo, que te llena de felicidad y con el que vas aunque el trayecto sea más largo porque vale la pena su compañía, y porque al final el destino es el mismo: el futuro, que es ahora. Creemos erróneamente que el futuro es lo que viene. El futuro está, lo armamos en el momento. Hay que disfrutarlo con la compañía del que no retrasa y va al mismo lado que uno. Ojo, también hay algunos que caminan un poco pero tienen que doblar la esquina por ahí... y dejan un buen recuerdo, pero no van hacia donde nosotros. A veces vale la pena recalcular, pero... ¿qué tanto y por quiénes dar el salto?


Independientemente de todo, la vida es un continuo devenir de gente, de emociones, de vivencias, de momentos... y no se detiene. Así que: ¿por qué hacerlo nosotros?



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martes, 10 de febrero de 2015

Sueños


Me acabo de despertar una vez más de una secuencia de sueños vívidos, dinámicos, coloridos, fantásticos y difíciles de gobernar y de trabajar. Creo que mi subconsciente trata de darme lo que mi consciente no puede. Eso es altamente inconveniente, pero es algo. Aquí sí veo todo con la nitidez del día. no debo dejar que se me vayan...


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lunes, 9 de febrero de 2015

Bloqueo


Sí, sí, ya sé: soy incapaz de llevar un blog como la gente. Pero espero que la prolongada ausencia de la que salgo con esta entrada sea la última (y lo digo con los dedos cruzados atrás de la espalda, jaja).

Hace un par de días me he vuelto consciente del bloqueo productivo que tengo. Quiero escribir, lo quiero con todas mis fuerzas, pero no se me viene nada a la mente. Me siento frente a la hoja a pensar ideas, y las ideas no salen. Siento que todo está bajo una niebla gris que no me permite verlo con claridad, como si todos los mundos y todas las posibilidades bailaran frente a mis ojos pero no pudiera limpiar esas nubes que me impiden acceder. ¿Qué hace que, sin importar lo frustrante, lo casi humillante que se vuelvan las cosas, insistamos en hacerlas? Creo que cuando algo es muy importante, cuando sentimos que tenemos algo que contarle al mundo, no paramos hasta lograrlo, aun cuando no tengamos del todo claro qué es eso que queremos contar.

Suspiro... Siento que se aproxima una larga temporada de frustración. Veremos qué rumbo van tomando las cosas...

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