viernes, 5 de abril de 2013

Cambiar

Llámenme romántica o reaccionaria, pero no me agradan mucho los cambios. Nunca me gustaron, me resisto a ellos; no importa qué tan buenos sean o cuánto trate de convencerme de lo bueno que será, hay una parte de mí que no quiere, que desearía que todo permaneciera igual.

Sé que los cambios son parte de la vida, que "renovarse es vivir", bla bla bla. Y no es que esté en contra de la tecnología, esas cosas triviales. Creo que odio verme a mí misma y pensar en cuánto he cambiado a través de todos estos años. Me encanta ver aquellos en lo que he mejorado y en las cosas en que me he refinado, o me han refinado (distintas personas, momentos... todo aquello que ocurre)... pero me siento impotente al ver aquellas cosas que han cambiado en mí "sin permiso". Sobre todo en lo que a amor y amistad respecta. ¿En qué momento comenzamos a volvernos sosos y estupidizados por la rutina? Eso es, ese es el punto... rutina. Odio ver que hay cosas que necesariamente se anteponen a aquellas que son las más importantes en la vida. Es muy fácil decir que "no deberías dejar que el trabajo te deje poco tiempo para tus amigos y familia", pero en la práctica, las horas se te escapan de las manos, y cuando querés ver, no has hablado con tu novio en una semana más que un par de mensajes cansinos. Cuando querés ver, has pasado seis meses o más sin ver a una de tus mejores amigas. Han pasado meses sin que te dejes trasnochar leyendo un libro, o en una fiesta, o mirando una película porque al otro día "hay que madrugar para ir a trabajar". Ojo, me encanta estar trabajando, y más tener el privilegio de trabajar de lo que me gusta, formando personas... Creo que es una sensación de amor odio. Bittersweet (siempre me encantó el sincretismo de los idiomas sajones). Es que me di tiempo a pensar, me estoy dejando hacer cosas (como la lectura, las clases de canto...), pero parece que hay algunas que se me han ido de las manos. Quisiera volver a sentir la pasión por todo que tenía en algunos días más sencillos. No creo que la pasión sea algo que depende de tener tiempo o no, es una actitud de vida. Y estoy más que dispuesta a recuperar esa actitud.

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