lunes, 31 de agosto de 2009

Lluvia

Llueve por fin acá en Uruguay. Exprimí mi cerebro pensando una frase adecuada relacionada a este hecho con la cual introducir esta obra, pero creo que habla por sí misma.

"Lluvia"
La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas: ojos de infinito
que miranal infinito blanco que les sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!
Federico García Lorca

sábado, 29 de agosto de 2009

Insomnia

Delgadas son las faldas que la noche dejó atrás,
Antes de que el día quiebre el cielo con su crepitar.
Delgados son los jirones del sueño,
Oscilando en el espíritu cansado del viento;
Pero en medio de aquel reposo inquieto
Que desgarra la trama del olvido y el recuerdo,
Mi alma se estira hacia la tuya,
Cada vez más cerca.

Nuestras vidas nunca se unen;
Nuestros pensamientos nunca se distancian,
Aquello que aferra tu corazón al mío,
Parece disolverse en un brillo sombrío.
Esta noche, el Amor ejerce un control total,
Y con deseo y con pesar,
Mi alma se arrastra hacia la tuya,
Cada vez más cerca.

¿Existe un hogar, dónde la pesada Tierra
Se derrita en el aire brillante,
Y dónde el mal no se respire;
Dónde el agua barra el eco de la sed,
Y el fuego sea el reflejo de nuestra fe?
Si la voluntad yace atada al objetivo,
Tal vez allí pueda su esperanza engendrar.
Mi alma, en esta hora desolada,
Se agita hacia la tuya,
Cerca, siempre un poco más.

Dante Gabriel Rossetti.

El primer copo

Hace relativamente poco tiempo, con el fin de hacer un trabajo para la clase de inglés, entré en el mundo del celtic y el viking metal. Como siempre, escuché cosas muy buenas, y otras muy malas. Pero descubrí una maravillosa voz, la de Andreas Hedlund. ¡Por Dios, simplemente maravilloso! Aquí se los dejo, de la mano de una magnífica canción titulada "Ars Memorativa".

Introduciéndome al mundo

Tratando de compartir con todos cosas que nos rodean y permanecen solapadas, esperando atacar. Positivas, negativas o ninguna de las dos, sólo... cosas... Ya veremos si cumplimos o no con nuestro cometido.

Verónika.

Seguidores